lunes, 14 de febrero de 2011

México - Estados Unidos

México y Estados Unidos son dos países que a pesar de estar tan cerca geográficamente son países completamente distintos, sus ideologías, su gente, sus ciudades, sus economías, los idiomas, sus relaciones con los demás países, etc. nada tienen que ver entre sí.
Por un lado tenemos a Estados Unidos, odiado por muchos y amado por otros, un país de primer mundo, una potencia a nivel mundial, hay quien dice que está a la baja y que muy pronto su “reinado” terminará, pero la realidad es que, por lo menos ahora, sigue en pie y sigue influyendo en muchas decisiones que se toman a nivel mundial, su cultura está en todos lados, en la televisión, en la música, en el cine, en las empresas trasnacionales, sus modas, su idioma, en todos lados vemos un poco de Estados Unidos.
Por el otro lado tenemos a México, un país bastante más discreto, en vías de desarrollo pero que es rico en cultura, en tradiciones, en recursos naturales, con un territorio extenso con gran variedad de flora y fauna, un país que acoge más a su gente, la familia y los amigos son importantes, un gran país que lamentablemente se ve opacado por el mal manejo de unos cuantos, la corrupción, el crimen, la violencia. Pero a pesar de todo esto su mayor, para algunos bendición, para otros maldición, es ser el vecino de Estados Unidos.
A pesar de estas diferencias entre los dos países y de las dificultades a la hora de dialogar, es un hecho que a los dos les conviene llegar a un acuerdo ya que dependen el uno del otro. Pareciera que México depende en mayor medida de Estados Unidos, y con razón, nuestra moneda depende del dólar, la mayoría de los productos exportados van para allá y la mayoría de los importados viene de allá, grandes empresas estadounidenses invierten en México generando empleos, etc.
Estados Unidos también depende de México, de nuestra mano de obra barata, de nuestros recursos naturales, de nuestra materia prima, igualmente de las importaciones que nos hacen, etc. Así que si los dos países tienen este problema de lo que hace uno afecta al otro, lo más sano, lo más convenientes es que lleguen a acuerdos, no solo en materia económica, si no del punto de vista político, social, de seguridad, un acuerdo en donde ambos se vean beneficiados por el actuar del otro.
Los tratados, las entrevistas presidenciales y las reuniones parlamentarias son una buena herramienta para buscar dicho beneficio y estar al tanto de las situaciones de ambos países y ver cómo pueden ayudarse mutuamente. Ver qué intereses tienen ambos países, a qué problemas se enfrentan, a qué aspiran para poder así trabajar en conjunto para reforzar la buena relación que se tiene y así los dos puedan cooperar para ayudarse y alcanzar las metas que se propongan y lograr ahora sí, el beneficio mutuo que se busca.

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